El
64% de los peruanos -según la última encuesta de Ipsos Perú- dice que
no apoya al Gobierno porque "no cumple lo que promete". Pero ¿cuáles
fueron los ofrecimientos que hizo el presidente Ollanta Humala y que no
ha cumplido?
La lista es larga y el propio Humala parece
haber reflexionado al respecto, cuando días atrás dijo apesadumbrado:
"El precio del balón de gas no lo maneja el Gobierno", y así trató de
explicar por qué su promesa electoral de un balón de gas de S/.12
-puesta en blanco y negro en su "Hoja de Ruta", o Lineamientos Centrales
de Política Económica y Social para un Gobierno de Concertación
Nacional- no se podía cumplir.
El gas doméstico no solo
cuesta hoy entre 30 y 40 soles, sino que su incremento constante desafía
el compromiso realizado al fragor de la búsqueda del voto.
"Cuando
se ofreció un gas barato se hizo demagogia y sirvió solo para encauzar
votos. Se lo dijimos en su momento, durante la campaña, y Humala
insistió. Así como esa promesa rota, hoy en día muchas promesas se
quebraron y explican los problemas que tiene hoy el régimen", afirma
Javier Barreda, dirigente aprista y analista político.
El
GLP no se puede librar de los costos en la cadena de comercialización, a
menos que el Estado subsidie el precio, como sucede en Ecuador y
Bolivia, pero el Gobierno no está decidido a tomar esa costosa medida y
prefirió reconocer el error. ¿Hará lo mismo con las otras promesas que
no cumplió?
PALABRA EMPEÑADA. "Cuando la gente
afirma que el déficit de este Gobierno es no cumplir las promesas, esa
categoría es un cajón de sastre donde se juntan muchos desengaños,
porque los ofrecimientos políticos se diluyen en el tiempo", afirma el
analista político Enrique Vásquez.
El experto menciona que,
además del quimérico balón de S/.12, la promesa sin cumplimiento más
emblemática es acabar con la inseguridad ciudadana, punto que mereció
incluso un juramento, cuando en junio de 2011 y en plena campaña por la
segunda vuelta Humala juró: "Será prioridad de mi gobierno luchar
eficazmente contra la inseguridad ciudadana".
"La
inseguridad ciudadana superó todos los límites con los robos, el
sicariato y con los crímenes políticos que vemos ahora. Efectivamente,
esa promesa ha fracasado rotundamente. No solo no ha podido poner orden y
solucionar el problema, constituyendo uno de los más grandes déficits
de su gobierno, sino que lo peor es que podría agravarse y dejarnos a
los peruanos y al próximo Gobierno en una situación más complicada de la
que él encontró; más o menos como le sucedió a Fernando Belaunde cuando
no hizo nada contra el terrorismo y el siguiente Gobierno heredó una
situación que se fue de las manos", comentó Vásquez.
En la
"Hoja de Ruta", inclusive, se prometió "aumentar el número de policías
en las calles gracias a una adecuada capacitación y mejoras salariales".
Sin embargo, el ofrecimiento de eliminar el régimen de 24x24 aún espera
"luz verde", y si bien se ha incrementado el salario de los policías,
las calles siguen desguarnecidas y la delincuencia campea.
Para
Vásquez, la expectativa del elector que votó por un militar -que
prometía resolver la inseguridad ciudadana- fue un fiasco. "La
corrupción policial en el caso López Meneses y la inacción ante el
problema de la delincuencia y el crimen organizado lo ha hecho ver ante
la opinón pública que no tiene una idea clara de cómo hacer las cosas en
este tema", puntualiza Vásquez.
EDUCACIÓN, OTRA MENTIRA. El
vicepresidente del Consejo Nacional de Educación, Hugo Díaz, explica el
balance del cumplimiento de los compromisos educativos que hizo el
Gobierno e indicó que aún estamos "lejos de una educación de calidad
compartida por todos".
Como se recuerda, el candidato
Humala ofreció una "revolución educativa que haga énfasis en la calidad y
en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación" (página 3
de la "Hoja de Ruta"). Pero, según recuerda Hugo Díaz, es difícil el
cumplimiento de las metas del Gobierno en aprendizaje, en mejora de
capacidades de comprensión lectora y matemáticas, mientras que la
reforma magisterial "es todavía prematura".
"Estamos mal en
las evaluaciones de la calidad a nivel nacional, pero también en las de
nivel internacional, y sobre la reforma magisterial, los otros
elementos de la carrera -evaluación de desempeño, bonificaciones, etc.-
no se implementan", agrega el educador.
Respecto a la
insfraestuctura educativa, la promesa fue también ambiciosa: "Dotación
de agua potable, desagüe y electricidad para las escuelas públicas.
Servicios básicos que se harán extensivos progresivamente, comenzando de
las zonas de mayor déficit". Pero la realidad es otra.
"Tenemos
un déficit de infraestructura y en las áreas rurales solo el 20% de
centros educativos cuentan con los tres servicios básicos (agua,
desagüe, electricidad). En las áreas urbanas es el 75%. Las necesidades
de reparación de colegios equivalen al 10% del PBI, es decir, S/.55 mil
millones", explica Díaz.
INCLUSIÓN CON YAYA. El
gobierno de Humala es reconocido por su apuesta a la inclusión social.
Sobre la promesa de campaña de "Desnutrición cero" (Hoja de Ruta),
Javier Barreda explica que si bien Humala enfatiza la política social
-"Beca 18 es lo más original del Gobierno", dice-, también eliminó los
programas de alimentación para los niños de 0 a 3 años, que eran
atendidos por el antiguo Pronaa, para reemplazarlo por Qali Warma, un
programa nuevo pero de diseño complejo que califica de "costoso y
difícil de monitorear".
Pero además, Barreda explica que la
inclusión es más un tema de marketing que logros reales en indicadores
sociales. "Varios programas sociales fueron creados, pero básicamente
hubo un cambio de nombre. Por ejemplo, el programa Pensión 65 fue antes
Gratitud, no es nuevo. Luego, los tres programas del sector Trabajo:
Construyendo Perú, Projoven y Revalora Perú se rebautizaron como Trabaja
Perú, Jóvenes a la Obra y Vamos Perú, así que no hay mayor innovación",
dijo.
Por su parte, Ricardo Vásquez recuerda que es la
fortaleza del régimen en base a publicidad estatal, pero que
"efectivamente, ha cumplido con crear estos programas asistenciales, de
los cuales se enorgullese Humala, pero habría que ver cuánto se ha
reducido el índice de la pobreza".
JURAR EN VANO. Para
Vásquez, las promesas económicas son el punto fuerte de Humala. "Las
promesas de la "Hoja de Ruta" -agrega- eran que no habría estatismo y es
algo que se ha cumplido. Reconozco que la política económica se ha
mantenido, las instituciones democráticas están funcionando más allá de
las interferencias de la primera dama".
Sin embargo, para
Javier Barreda, una promesa fundamental que no fue cumplida, al menos en
los dos primeros años de gobierno, fue la primera en la lista de doce
compromisos que hizo Humala ante personalidades y aliados políticos.
"Proclamo que no me quedaré ni un minuto más de los cinco años que dura
el período presidencial. Asumo el compromiso de no hacer ni intentar
ningún cambio constitucional que permita la reelección", fue el solemne
juramento.
"Lo que Humala no ha cumplido es su promesa de
consolidar una institucionalidad democrática sin crispaciones ni
riesgos, pues en los dos primeros años de su gobierno la especulación de
experimentos reeleccionaistas estuvo en la agenda y el tema de Nadine
Heredia candidata a la presidencia se mantuvo en la ambigüedad, lo que
le costó mucho al país", comentó.
El ofrecimiento de
campaña para un Gasoducto para el sur del país es -según la congresista
Verónika Mendoza- una obra incumplida. "Estamos en piloto automático, no
hay política energética, no hay política de diversificación económica,
no hay política de descentralización, etc. Lo que está pasando con el
Gasoducto del Sur es el mejor ejemplo: hasta ahora el propio Gobierno no
tiene claridad sobre el esquema final", dijo. Días atrás, en el Cusco
hubo un paro regional exigiendo el cumplimiento del gasoducto.
TAN SOLO PALABRAS. Para
Samuel Rotta, subdirector de la ONG Proética, la importancia de evaluar
el cumplimiento de las promesas electorales es fundamental en las
democracias modernas. "Es una práctica democrática en tanto elemento del
concepto de rendición de cuentas, los gobernantes deben rendir cuentas
sobre lo que prometieron. Eso es básico para mantener la relación de
confianza entre el candidato y el elector, pues si se rompe se deteriora
esa relación política", explica.
Respecto a las promesas
de Gana Perú en medidas contra la corrupción, Rotta recuerda que las
hubo generales, pero otras fueron específicas: "Se ofreció la
imprescriptibilidad e inhabilitación por los delitos de corrupción. Se
han presentado recientemente los proyectos de ley, pero no se ha
concretado aún. También Humala dijo que crearía una comisión especial
anticorrupción con rango de ley y hacer una auditoría a la gestión
anterior, eso sí se cumplió, pero Gana Perú ofreció transparencia en
materia de adquisiciones estatales, y ahí no hemos visto muchos avances,
sino más bien un retroceso porque Defensa aprobó a fines de 2012 el
decreto legislativo que volvió secretas las compras en ese sector, que
consideramos una medida totalmente perniciosa".
"La cima es
la mitad del camino", dijo el montañista Reinhold Messner, quien tuvo
la hazaña de escalar dos veces el Everest sin ayuda de un balón de
oxígeno. Pero el presidente Humala no puede decir lo mismo, pues según
la última encuesta de GFK, el apoyo a la gestión presidencial cayó en
marzo al 20%. La aprobación de la primera dama Nadine Heredia también
bajó de 39% a 27%.
Cruzada la línea
meridiana de los dos años y medio de gestión, Humala se encuentra en el
punto más bajo de popularidad en lo que va de su mandato. Y a diferencia
de Messner, necesita mucho oxígeno para recorrer lo que falta. Haría
bien en empezar por cumplir las promesas pendientes.
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