José María Aznar, expresidente del
Gobierno español, habló de Venezuela, Ucrania, Honduras, Latinoamérica y
sobre su vida después de la presidencia en una entrevista exclusiva
concedida a Diario LA PRENSA
El pueblo de Venezuela vive una situación de opresión, declaró José María Aznar,
expresidente del Gobierno español, quien participó en la reunión del
Consejo Empresarial de América Latina (Ceal) en Tela, en el litoral
atlántico de Honduras.
Aznar, abogado de 61 años, calificó al
socialismo del siglo XXI como “una de las mayores estafas de los últimos
años“ en una entrevista exclusiva concedida a Diario LA PRENSA en la
que recomendó a Honduras “continuar en el camino de la consolidación de
la democracia y el desarrollo económico para crecer como nación”.
Estimó que las recientes acciones de Rusia
con respecto a la crisis en Ucrania son “una clara violación del derecho
internacional” por el afán ruso de retomar su liderazgo en Europa.
Aznar presidió el Gobierno español de 1996 a
2004, con el Partido Popular, es miembro del consejo de administración
de News Corporation, la multinacional de Rupert Murdoch que está
presente en cine, televisión, cable, satélite, prensa -The Sunday Times y
The New York Post-, revistas y edición de libros. Además es columnista,
asesor de la empresa privada y experto en temas latinoamericanos. Llegó
a Honduras para disertar sobre “la búsqueda del desarrollo equitativo
en las relaciones Gobierno-empresa”.
- ¿Qué impacto tiene en un país la relación Gobierno-empresa?
Creo que uno de los elementos más
importantes de movilidad y dinamismo en la sociedades modernas es la
combinación de las iniciativas públicas y las privadas. Los gobiernos de
los Estados tienen una capacidad limitada para afrontar las necesidades
en distintos sectores que significan bienestar y prosperidad para los
países. Es muy importante que las iniciativas públicas y las privadas,
con la capacidad del gobierno de concertación con los sectores
empresariales llamen a la confianza, a la estabilidad y a la toma de
decisiones y de iniciativas conjuntas que puedan promover más
prosperidad, oportunidades y trabajo y en definitiva un horizonte de
futuro mejor para todos los países y en eso todos tenemos que hacer un
esfuerzo y Honduras también tiene que hacerlo.
- ¿Cómo puede un gobierno motivar a la empresa privada a ser comprometida con el desarrollo de la sociedad en general?
Los gobiernos tienen cierta capacidad de
intervención en la vida económica la cual no debe ser limitativa en lo
que significa la capacidad de inversión, de establecimiento de empresas y
del ejercicio de libertad en las iniciativas. Los gobiernos tienen que
crear marcos, tienen que ser impulsores y luego tienen que ser las
empresas las que se desarrollen. En un país cuanto más iniciativa,
empresas, inversiones y oportunidades haya para los ciudadanos mejor.
Los gobiernos deben crear un marco institucional, de seguridad
económica, de medidas, de inversión que favorezcan el desarrollo de esas
iniciativas.
- La relación de España con Honduras siempre fue cercana. ¿Cómo ve actualmente a Honduras?
Luego de los problemas que todos conocemos
falta que los elementos básicos que configuran la estabilidad
institucional del país y su proyección económica se asienten, se manden
mensajes positivos, se tomen decisiones en el buen sentido y todo eso
generará un marco de confianza desde el exterior. España tiene una
vinculación tan especial con Honduras que estoy seguro de que se
contribuirá con sumo gusto y atención en todo aquello, tanto desde el
punto de vista público como de iniciativa privada, que ayude al
desarrollo de Honduras.
- Latinoamérica vive un momento de muchos cambios y actividad política. ¿Cuál es su análisis político de la región?
Latinoamérica es una región dividida entre
aquellos países que progresan, donde crece el valor de la libertad, de
la democracia, de Estado de derecho, del pluralismo, de la tolerancia,
de la libre iniciativa de oportunidades para el crecimiento económico;
mientras que hay otros donde hay intervención, viejos hábitos, el
intento de vaciar la esencia de la democracia, donde impera el populismo
más negativo, y desgraciadamente en algunos países de Latinoamérica
esta tendencia prevalece. Lo que sería deseable es que esta última
tendencia que mencioné se vaya eliminando rápidamente y que haya mayor
integración, unidad y expresión de las oportunidades que tiene
Latinoamérica en el mundo global.
- ¿Cuál es su opinión sobre la situación en Venezuela?
Me parece sinceramente inaceptable lo que
está sucediendo en Venezuela. Cualquier demócrata del mundo tiene que
sentir una simpatía especial por los demócratas venezolanos, por todos
aquellos que están siendo perseguidos, encarcelados e incluso están
siendo asesinados. Esos ejercicios de populismos autoritarios, basados
en experiencias tan fracasadas como la cubana, deberían mover a la
comunidad internacional y especialmente a los Gobiernos democráticos del
continente americano a que envíen un mensaje muy claro y decir al
Gobierno venezolano que se ha pasado ya de todos los límites de lo
aceptable en el marco de una sociedad y una comunidad internacional que
quiere vivir bajo reglas y normas democráticas.
- ¿Por qué hay ausencia de acciones y pronunciamientos de otros Gobiernos en cuanto a lo que pasa en Venezuela?
Esa es una cuestión que seguramente por
intereses distintos no se ha producido. Pero desde luego quiero dejar
clara cuál es mi voz, quiero decir muy claramente que respaldo
totalmente a la oposición democrática venezolana y a todos aquellos que
luchan por la libertad y por el establecimiento de un sistema de
libertad, respeto, tolerancia y pluralismo en Venezuela. Lo merece el
pueblo venezolano, que no merece dirigentes que se dedican a oprimir ni
asfixiar las ansias de libertad del pueblo de Venezuela.
- Y esta situación en Venezuela, ¿cómo afecta la región?
Muy negativamente porque todas las
experiencias basadas en el socialismo del siglo XXI están basadas en dos
hechos. Primero en un populismo que vacía el sentido de las
democracias, manteniendo una apariencia democrática, y en segundo lugar
es una experiencia económica que arruina los países. La combinación de
ambas cosas, la falta de democracia y la ruina de los países, falta de
libertad y falta de prosperidad, es una combinación letal. En cuanto
antes se da esa experiencia del siglo XXI, mejor para todos. Mejor para
Venezuela en este caso y cualquier país en que se diera esta situación.
- ¿Cómo visualiza el futuro de los
medios de comunicación cuando en varios países parece que se coarta cada
vez más la libertad de expresión?
La libertad de comunicación, de prensa y de
opinión es fundamental para que exista una sociedad verdaderamente libre
porque no hay sociedad libre sin libertad de opinión; por lo tanto,
quien no garantiza la libertad de opinión está sentando las bases en
contra de la sociedad libre y se alista a imponer una realidad
autoritaria y con tendencias dictatoriales. Los medios de comunicación
en todo el mundo están sujetos a grandes transformaciones por la
revolución tecnológica que vivimos, pero, en términos democráticos, el
respeto a la libertad de opinión, de iniciativa a los medios de
comunicación y expresión libre de las ideas es algo sustancial a la
existencia de la democracia. Si eso no se respeta, no se respeta la
democracia y se cae en el autoritarismo y en los sistemas populistas
indeseables.
- En Centroamérica se ven cambios políticos, ¿qué pasa en la región centroamericana?
En todo el mundo se están produciendo
enormes cambios y Centroamérica no puede ser ajena a eso. Lo más
importante en Centroamérica es que se hagan espacios a la seguridad,
respeto al derecho. Los problemas de desigualdad, pobreza y marginación
no son consecuencia de la libertad, sino de la falta de ella y falta de
seguridad. Más seguridad física, jurídica, mejores instituciones, más
respeto a las reglas son fundamentales para una sociedad próspera. Todo
esto afecta más que nunca a las sociedades centroamericanas muy azotadas
en este momento por la criminalidad y el crimen organizado y hay que
combatirlo con una enorme voluntad política y democrática y por supuesto
con la ayuda internacional porque cada uno de los países de la región
actuando en solitario es muy difícil que pueda prevalecer contra fuerzas
tan poderosas y tan contrarias al ejercicio democrático de la libertad.
- ¿Qué opina de la privatización de empresas públicas?
Las privatizaciones tienen que ser
consecuencia de la libertad, o sea de liberalización de la competencia,
porque si se tiene un monopolio público y este lo transforman en un
monopolio privado, eso no tiene sentido. El problema es el monopolio, no
que sea público o privado. Lo que falta es deshacer los monopolios y
abrir los sectores a la competencia. Entre más competencia haya entre
empresas solventes, rentables y capaces de crear empleos y prosperidad,
pues mejor.
- Cuéntenos un poco de usted, ¿cómo es José María Aznar como persona?
Pues como me ven, me dedico a trabajar y
ganarme la vida (se ríe) trabajando mucho y defendiendo mis ideas.
Siempre he sido un defensor de la libertad, de las ideas democráticas y
creo que la defensa de ellas es la mejor arma para defender la
prosperidad y las oportunidades que deben tener los ciudadanos en todos
los países. Soy una persona normal, preocupado por los demás y que
trabaja todo lo que puede (se ríe).
- ¿Y cómo es la vida después de ser Presidente?
Hay vida después de la presidencia, del
Gobierno (se ríe). Hay quien piensa que no, pero creo que claro que sí.
Se pueden hacer muchas cosas. El mundo está cambiando mucho, todos los
días, estamos viviendo una revolución extraordinaria y hay que prestar
mucha atención a eso y a los valores que uno cree que son los más
importantes. Es un momento para que salgan personas con verdaderos
valores democráticos, de libertad y oportunidades para la sociedad.
- Regresando al tema político, ¿cree que la fuerza del socialismo en América ha aumentado, se ha mantenido o ha decrecido?
Creo que ha disminuido, pero sigue siendo un
riesgo y sobre todo en política lo que cuenta son los hechos. Cuando
fui Presidente en España se produjo un cambio muy importante y es que en
mis ocho años de gobierno se crearon casi seis millones de puestos de
trabajo, pero en cambio mire la situación de Venezuela, hay
desabastecimiento, pobreza, carencia de las cosas, falta de
oportunidades para la gente, inestabilidad. Mire la situación en Cuba.
El ejemplo es claro, la falta de libertad provoca falta de prosperidad y
eso en todas las sociedades que lo sufren está demostrado. El
socialismo del siglo XXI es una de las grandes estafas de finales del
siglo XX y de comienzo del propio siglo XXI. Cuanto antes se vuelva a
las reglas democráticas, mejor.
- Otro país en crisis es Ucrania. ¿Cómo analiza la situación en él?
El liderazgo ruso sabe bien lo que quiere.
Quiere reconstruir un espacio de influencia para Rusia y demuestra que
si es necesario no respetar las reglas, no se respetan. No se critica
que se tengan las ideas claras, se critica desde el punto de vista de
cómo ejercerlas. No respetando las reglas e invadiendo la soberanía de
un país, incluso incorporando a su territorio una parte de ese país de
un modo ilegal.
Lo que hace falta es que los países que
defienden las reglas, que es la comunidad internacional, los países
occidentales, sean capaces de reaccionar y razonar inteligentemente,
porque, si no, esas acciones de Rusia se volverán un contaminante en
otras partes del mundo y seguirán el ejemplo aquellos que pueden usar la
fuerza en detrimento del derecho, contra las reglas, y aquellos que
estén dispuestos a incorporarse territorios o no respetar las normas.
¿Fue esa falta de acción de otros países al empezar la crisis en Ucrania, la que permitió que se llegara a este extremo?
Creo
que en el mundo occidental hay una carencia de liderazgo y de defensa
de los valores en los cuales creemos. Cuando estos valores no se
respetan tiene consecuencias negativas en general para el mundo
desgraciadamente. Espero que se corrija.
- Regresando al tema político, ¿cómo
debería manejar Honduras su relación con países que siguen tendencias
socialistas como Venezuela o Cuba?
No soy tan presuntuoso o arrogante para
decirle a Honduras lo que tiene que hacer (se ríe), pero me gustaría
decirles a los hondureños que les deseo lo mejor y que en mí
personalmente, con modestia, tienen un amigo para todo lo que sea para
el bien del país porque Honduras es un país que siento casi como mío.
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