El balance de víctimas del accidente del martes en una mina del oeste de
Turquía subió a 274 muertos, anunció ayer en Soma el primer ministro
turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo gobierno está acusado de descuidar la
seguridad en la industria minera.
Erdogan, que decretó un duelo
nacional de tres días, anuló un viaje previsto a Albania para
trasladarse a Soma, el lugar de la tragedia, ubicado a 100 km de la
ciudad de Izmir, y prometió una investigación oficial sobre el
accidente.
El balance de víctimas es provisional porque, según
Erdogan, unos 91 mineros siguen atrapados en las galerías de la mina,
casi sin posibilidades de sobrevivir. En la noche los dieron por
muertos.
El drama dio lugar a manifestaciones de estudiantes en
Ankara y Estambul, que fueron dispersadas por la policía con gases
lacrimógenos.
'La esperanza de encontrar sobrevivientes en la
mina se desvanece, pero vamos a continuar hasta el final', dijo el
ministro de Energía y Recursos Naturales, Taner Yildiz.
Poco
antes, Yildiz dijo que 363 mineros habían podido ser rescatados. Falla
eléctrica. Más de 700 trabajadores se encontraban en la mina en el
momento de la explosión, que se produjo en la tarde del martes debido,
al parecer, a una falla eléctrica en un transformador.
La
oposición acusó de negligencia al gobierno y los dirigentes sindicales
exigieron la dimisión de los ministros de Trabajo y Energía.
Fase
crítica.El ministerio turco de Trabajo y Seguridad Social afirmó que la
mina fue inspeccionada por última vez el 17 de marzo pasado y que
respetaba las normas en vigor.
Por su parte, la fiscalía de la región puso en marcha una investigación judicial sobre las razones del accidente.
'Estamos
entrando en una fase crítica. A medida que el tiempo pasa, nos
dirigimos muy rápidamente hacia un desenlace desfavorable', advirtió
Yildiz, que dio parte de 80 heridos entre los rescatados, cuatro de
ellos graves.
Trabajo frenético.Hasta anoche cientos de
socorristas seguían trabajando frenéticamente para rescatar a los
mineros. Durante la mañana solo una decena de mineros lograron ser
extraídos del socavón, la mayoría de ellos muertos, salvo uno que
llevaba una máscara de oxígeno.
A su alrededor, cientos de colegas y familiares esperaban angustiados noticias de sus allegados.
'Estoy
esperando noticias de mi hijo', declaró a la AFP una mujer de unos 50
años, Sena Isbiler. 'No tengo ninguna información y sigue sin salir',
explicó.
'No hay ninguna seguridad en esta mina. Los sindicatos
no son más que marionetas y la dirección solo piensa en el dinero',
aseguró por su parte a la AFP uno de los mineros, Oktay Berrin
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